Desde mi Atalaya quisiera divisar, la paz del mundo, pero solamente veo, amargura y dolor.

jueves, 19 de mayo de 2011

Nativan liquida casas, trasteros y garajes valorados en 200 millones

Garajes, adosados y trasteros en Olula, Garrucha, Turre, Cuevas del Almanzora y Huércal Overa salen a subasta tras la liquidación aprobada por el Juzgado Mercantil número 1 de Almería de los bienes de la promotora huercalense Nativan. Son 50 inmuebles libres de cargas con una valoración agregada de más de 200 millones de euros de precio de salida. Es ni más ni menos que parte del patrimonio acumulado durante varios años por el empresario Juan Espín Muñoz, un emprendedor nato natural de Huércal-Overa que levantó un imperio del ladrillo que se derrumbó como un castillo de naipes a partir de la crisis financiera de 2008. Ayer, Espín, desde Vitoria -donde trata de empezar de nuevo- lamentaba el triste final de parte de su patrimonio alumbrado con tanto esfuerzo. “Intenté relanzar mi empresa con todas mis fuerza, pero me faltaron 500.000 euros para alcanzar un acuerdo con los acreedores” -señala. Ahora, ha comenzado de nuevo de cero en el Norte de España, en la zona de El País Vasco y La Rioja. “Aquí me encuentro de momento trabajando como subcontratista en obras de VPO, hay un poco de menos paro que en Almería” expresa Espín. Nativan, en los días de vino y rosas de la actividad del cemento, llegó a contar con una nómina de 700 empleados y más de 1.000 viviendas en construcción en Huércal-Overa, Fines, Vera, Lorca, Puerto Lumbreras. En los últimos meses de actividad tuvo que despedir a toda la plantilla y cerrar las puertas. La empresa presentó en septiembre de 2008 solicitud voluntaria de concurso de acreedores, pero no pudo alcanzar la firma de un convenio. Espín Muñoz, administrador social de la concursada, comunicó hace ahora un año el cese de actividad de la empresa paralizando las obras en marcha y clausurando las oficinas, “ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos corrientes por la inactividad y oposición de los administradores concursales”. Según reseña Espín “todo esto se produjo a pesar de existir fondos suficientes para la continuidad empresarial y haber obtenido adhesiones al plan del convenio propuesto”. La constructora llegó a sumar más de 300 acreedores, aunque la mayor parte de las deudas es a bancos. Algunas entidades como Cajasol y Caja Granada asumieron incluso aceptar la dación en pago de 200 viviendas, pero otros bancos no lo aceptaron. Nativan se llegó a encontrar con más de 500 viviendas en stock.
Albañiles de toda la vida en Huércal-Overa
Ha sido este emprendedor almeriense una muesca más en el revolver de la crisis del ladrillo, una víctima más de la montaña rusa en la que se ha convertido el sector de la promoción inmobiliaria. La familia Espín eran alicatadores de toda la vida en Huércal-Overa. Hasta que al comenzar el siglo XXI se echaron adelante y se convirtieron en promotores coincidiendo con la época dorada del sector. Ellos se lo guisaban, ellos se lo comían: compraban suelo barato, hacían el proyecto, construían, promocionaban y vendían. Hasta que el vellocino de oro se resquebraja. La familia Espín es conocida en la comarca por haber empezado desde abajo con el palustre y el cemento, sin ser unos advenedizos del sector.
Manuel Leon Fuente:www.lavozdealmeria.es

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