Desde mi Atalaya quisiera divisar, la paz del mundo, pero solamente veo, amargura y dolor.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Obras de esparto elaboradas en gran formato


Amador Pérez expone multitud de piezas en el Teatro Rafael Alberti
La Historia de Amador Pérez es sin duda una de esas que llama la atención y lo hace por el arte con el que trabaja el esparto, un trabajo al que es aficionado y del que conserva gran parte de sus enseñanzas de pequeño. De hecho comenzó cuando "tenía unos siete años, recuerdo como empecé a trabajar el esparto entonces hacíamos cestas para meter la comida o incluso como ya en el año 45 me hice unas esparteñas para ponérmelas. Ahora las hago pero ya no me las pongo".
Ha llovido mucho desde entonces, tanto que este huercalense dejó a un lado su afición al esparto según fue creciendo porque tenía que trabajar y dedicarse a los suyos, sin embargo cuando llegó el momento de la jubilación y empezó a tener más tiempo libre, volvió a coger su gran pasión y de nuevo manos a las obras. Comenzó a realizar grandes obras de arte en esparto. Grandes Trabajos que hasta el próximo 25 de febrero se pueden visitar en la sala de Exposiciones del Teatro Municipal Rafael Alberti de Huércal-Overa. Una muestra en la que se pueden apreciar todos los trabajos de Pérez desde cestas, alfombras, leñeros, hasta un espectacular burro con un carro que "me ha llevado mucho tiempo hacer, la verdad es que nunca cuento exactamente los días. Eso sí, cuando me pongo con algo, siempre lo acabo y lo hago bien, no me gusta dejar trozos de esparto sueltos, el trabajo tiene que estar limpio. La idea del burro surgió en un viaje a Granada, fuimos a visitar a mi nieto que estaba allí estudiando y paramos en un bar que había un burro, mi hijo me dijo si yo me atrevería a hacer uno d esos y al final aquí está con su carro y todo". Además es un burro que levanta grandes atenciones entre los niños:"En el cumpleaños de uno de mis nietos, cuando me vine a dar cuenta, había siete u ocho niños encima", y para eso es para lo que está pensado y es que bajo el esparto cuenta con una estructura metálica que hace que aguante el peso de niños y adultos.
Amador Pérez es uno de los pocos artesanos que trabajan hoy en día el esparto y es que no sólo se trata de realizar el trabajo en sí sino de "bajar al monte y coger el esparto, seleccionarlo porque hoy no todo el que se encuentra es bueno, y luego ponerte a hacer lo que quieras". En cuanto a la recogida suele hacerlo en la Rambla del Castillo y en la zona de atrás del Barrio de San Isidro, "de momento me encuentro bien para bajar y buscar el esparto pero reconozco que es un trabajo que requiere esfuerzo y tiempo". Aunque no hay muchos el sí tienen un buen compañero en el pueblo con el que compartir secretos y juntos poder aprender el uno del otro a hacer ciertos objetos que se les resistía. De momento su proyecto de cara al futuro es seguir trabajando en esparto y conseguir enseñar este oficio a alguno de sus nietos para que la tradición no se pierda en la familia. Todos los artículos que expone en el Teatro los tienen colgados en casa en una planta baja en la que la pared es el mejor reflejo de lo que pueden hacer las manos.
Fuente: www.elalmeria.es

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